El Océano Austral
El Océano Austral circunda la Antártida y representa aproximadamente el 15% de la superficie oceánica del globo terrestre. Se extiende desde la costa del Continente Antártico hacia el norte hasta el Frente Polar Antártico, una zona frontal física y biológicamente definida donde el agua fría del Océano Austral choca con y luego fluye por debajo de las aguas subantárticas más cálidas y de mayor salinidad de los Océanos Pacífico, Índico y Atlántico.
Las coordenadas geográficas del Frente Polar Antártico cambian con la estación, pero por lo general éste se encuentra cerca de los 50°S de latitud en los sectores Atlántico e Índico del Océano Austral, y de los 60°S de latitud en el sector del Pacífico.
El Océano Austral tiene tres zonas ecológicas definidas:
- la zona libre de hielo hacia el norte
- la extensa zona de bancos de hielo entre los 55 a 60° y los 70 a 75° de latitud Sur; y
- la zona del campo de hielo permanente adyacente al continente.
Recolección de recursos marinos antárticos
Los recursos vivos marinos del Océano Austral han sido recolectados desde 1790, cuando comenzó la caza del lobo fino antártico para obtener su piel. Ya en 1825, la caza redujo a algunas poblaciones de lobos finos antárticos casi hasta su extinción, y los cazadores comenzaron a cazar elefantes marinos y algunas especies de pingüinos para extraer su aceite.
La caza de ballenas comenzó en esta área en 1904, y las siete especies de ballenas que se encuentran en el Océano Austral fueron explotadas extensamente.
Asimismo, desde el principio de la década de los 60 se han explotado, con distinta intensidad, especies antárticas de peces, centollas, calamares y kril (especie clave del ecosistema antártico).
Si bien la caza de focas continuó a pequeña escala durante el siglo XX, sus poblaciones fueron reducidas hasta un nivel tal que gran parte de la explotación comercial entró en decadencia a mediados de la década de los 1820. La década de los cincuenta vio el fin de la caza de focas con fines comerciales en la Antártida. La Convención para la Conservación de Focas Antárticas fue establecida para impedir la explotación excesiva de las poblaciones de focas en el futuro.
La Comisión estableció límites para la captura permisible de especies como la foca cangrejera, la foca leopardo y la foca de Weddell. La captura anual permitida se fijó en 175 000 ejemplares para la foca cangrejera, 12 000 ejemplares para la foca leopardo y 5 000 ejemplares para la foca de Weddell. Asimismo, se establecieron zonas donde la caza de estas especies estaba sujeta a vedas estacionales. Se impuso una veda total a la caza de ciertas especies de lobo fino antártico, de la poco común foca de Ross y del elefante marino austral.
De las principales especies de ballenas, sólo las poblaciones del rorcual aliblanco no fueron mermadas por la caza con fines comerciales. La explotación de esta especie de rorcual (la más pequeña de las grandes ballenas) comenzó sólo en la década de los setenta. Si bien existen varios cientos de miles de rorcuales aliblancos en la Antártida y se considera que la especie no corre peligro de extinción, hubo una gran disminución en su abundancia en los períodos 1982/83 a 1988/89 y 1991/92 a 2003/04. Se estima que actualmente la abundancia total de esta ballena en la Antártida está entre 460 000 y 690 000 ejemplares. Cada año, varios centenares de rorcuales aliblancos son cazados en esta área por barcos japoneses con fines de investigación, con el beneplácito de la Comisión Ballenera Internacional.
En 1987 se declaró una moratoria sobre la caza comercial de ballenas. En 1979 se establecieron santuarios de ballenas en el Océano Índico, y en 1994 en el Océano Austral.
La ordenación de las ballenas en la Antártida (y en todas partes) cabe dentro de la competencia de la Comisión Ballenera Internacional y esta organización está evaluando la recuperación de las poblaciones de ballenas y la eficacia de la moratoria y de los santuarios. Hay indicios de que algunas especies de ballenas se están recuperando, pero la baja abundancia de algunas de las especies más grandes hace muy difícil su estimación a partir de datos de avistamientos.
Peces, calamares, centollas y kril
La pesca de peces en gran escala no comenzó hasta fines de la década de los sesenta, y en particular se explotaron especies como linternillas (mictófidos), draco rayado (Champsocephalus gunnari), trama jaspeada (Notothenia rossii) y trama patagónica (Patagonotothen guntheri). Ya a fines de los setenta, ciertas especies de peces habían sido explotadas en exceso en algunas áreas.
En general, las tendencias en la captura de las pesquerías han variado mucho, y esto refleja la alta intensidad de la pesca durante las décadas de los sesenta y setenta, antes del establecimiento de la CCRVMA. Es así como poblaciones de trama jaspeada fueron explotadas en exceso, y se extrajeron capturas máximas, posiblemente relacionadas con el estado del ecosistema, de draco rayado a mediados de las décadas de los setenta y de los ochenta.
Asimismo, se extrajeron grandes cantidades (si bien variables) de kril aproximadamente desde 1978 hasta principios de la década de los ochenta, cuando la flota soviética se disolvió luego de desmembrarse la Unión Soviética. A mediados de la década de los ochenta, la CCRVMA ya había impuesto una prohibición a largo plazo de la pesca dirigida a peces en las Subáreas 48.1 y 48.3, y de trama jaspeada en la Subárea 48.3. Desde entonces, se ha prohibido la pesca dirigida a otras especies en algunas áreas, en particular de austromerluza.
Durante las décadas de los ochenta y los noventa la pesca se concentró en el kril, austromerluza negra (Dissostichus eleginoides), draco rayado y, en menor cuantía, en calamares y centollas. El desarrollo de nuevas tecnologías para la recolección y de nuevos mercados para los productos en los últimos años han dado lugar a un interés creciente en las pesquerías exploratorias dirigidas a la austromerluza antártica (Dissostichus mawsoni) en áreas adyacentes al Continente Antártico, y renovado el interés en la pesca de kril. Las capturas del Océano Austral provienen en su mayoría del Atlántico Sur, pero siguen siendo alrededor de un tercio de las capturas extraídas a mediados de las décadas de los 80 y 90.
La captura total del área estadística principal (Área 48) del Atlántico Sur ha mostrado una tendencia constante al aumento, desde un bajo nivel de 64 000 toneladas en 1993 hasta 131 700 toneladas en 2009.
En la zona del Océano Índico (Área 58), luego de las capturas muy variables del período desde 1970 hasta 1990, el monto de las capturas desembarcadas se estabilizó en una pequeña fracción del máximo observado en dicho período, aunque persiste una pequeña tendencia al aumento.
En el sector del Pacífico en el Océano Austral, luego de la alta variabilidad en las capturas observada en el período desde 1977 hasta 1992, no se notificaron desembarques hasta 1998, y luego éstos fueron aumentando hasta alcanzar un máximo de 3 730 toneladas en 2005.
Estas cantidades se refieren a las capturas notificadas. Durante la década de los noventa y a comienzos de la del 2000, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) extrajo grandes capturas de austromerluza no notificadas, entre cinco y seis veces superior al de las capturas notificadas.
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